¿Tu ordenador se sobrecalienta?¿Se apaga tras estar un tiempo encendido?¿Te preguntas cómo limpiar los ventiladores del PC? Para el rendimiento óptimo de un ordenador se necesita una  correcta refrigeración. Por ello es súper importante conservar los conductos de ventilación limpios.

La limpieza de los equipos puede parecer algo básico y obvio para muchos usuarios, pero el caso es que no es así, y hay multitud de personas que no le presta la atención que requiere.

Cómo limpiar tu ordenador de sobremesa a fondo

Si tienes un ordenador de sobremesa y no lo has abierto nunca, seguramente notarás cómo la temperatura de tu equipo ha subido debido a la suciedad acumulada. En este artículo intentaremos enseñarte cómo limpiar vuestro ordenador de sobremesa a fondo.

Primer paso: Acceder al interior del PC

Para poder limpiarlo adecuadamente lo primero que tenemos que hacer es acceder al interior. Para ello desconectamos todas las conexiones que tengamos en el panel trasero y en la toma de alimentación.

Comenzaremos retirando uno de los paneles laterales. En muchos chasis actuales no necesitaremos herramientas, ya que podremos quitar los tornillos con la mano; en caso de que no podamos, siempre podemos usar un destornillador.

Una vez retirado el lateral, podemos ver el interior del equipo si el panel frontal está atornillado o podemos extraerlo directamente. Por otro lado, también extraeremos la tarjeta gráfica para trabajar con una mayor comodidad en el interior.

Segundo paso: Limpiar ventiladores del chasis

¡Lo hemos logrado, nuestro ordenador está desmontado! El siguiente paso para limpiar ventiladores del chasis es acceder a la parte trasera de los ventiladores, ya que es ahí donde se acumula la gran mayoría del polvo y pelusas. Si no podemos acceder de forma cómoda tendremos que desmontarlo. En algunos casos,  los filtros antipolvo están anclados a los chasis frontales, y retirarlos es tan sencillo como presionar unas pestañas. No es necesario desconectar los ventiladores siempre que el cable de éstos permita una cómoda manipulación.

Procederemos a limpiarlos con una brocha o un bote de aire comprimido para quitar el polvo de cada aspa. El ventilador trasero también debe limpiarse de la misma manera. Si no podemos limpiarlo por culpa de la rejilla trasera tenemos que desmontarla para proceder con su limpieza.

Tercer paso: Limpiar el disipador de la CPU

Como podéis ver no está siendo tan complicado. Ahora lo que vamos a hacer es tumbar el chasis para limpiar el disipador de la CPU, que junto con la tarjeta gráfica, es el ventilador que más revoluciones alcanza.

Si contamos con un disipador mejorado, o incluso una refrigeración líquida, lo más conveniente es desmontar el ventilador. Existen diferentes tipos de anclajes, pero lo más común es retirar dos alambres encargados de sujetar el ventilador. Suelen estar sujetos de forma que es muy fácil de retirar. Cuando tengamos el ventilador suelto lo desconectaremos. Tras esto, podemos retirar y limpiar de manera sencilla. Cuando tengamos los elementos limpios volvemos a colocar el disipador.

Cuarto paso: Limpiar la tarjeta gráfica

Limpiar las tarjetas gráficas no tiene ningún misterio, aunque tenemos que distinguir entre dos modelos diferentes: los que tienen un ventilador mejorado y los tipos turbina. Para un ventilador mejorado la limpieza es más sencilla al tener un acceso directo al disipador y al ventilador. Además no es necesario desmontar los ventiladores ya que el espacio entre las aletas es mayor, eso sí, hay que tener mucho más cuidado porque son más frágiles.

Quinto paso: Limpiar fuente de alimentación y discos duros

Ahora nos centramos en la parte inferior donde está la fuente de alimentación y los discos duros: en muchas ocasiones, la fuente de alimentación cuenta con su propio filtro antipolvo y aspira aire del exterior, por lo que un mantenimiento rutinario debería evitar una limpieza profunda. Una vez terminado esto podemos limpiar partes como el suelo o las jaulas de los discos en el frontal. Terminamos por colocar la tarjeta gráfica en su sitio atornillándola y conectando los cables de alimentación. Ponemos de nuevo el frontal, el lateral y conectamos de nuevo todos los cables del equipo.

¡Y listo! Un buen mantenimiento preventivo nos ahorrará muchos quebraderos de cabeza, averías inesperadas y alargará la vida y el rendimiento de nuestro preciado equipo.

¿Has limpiado alguna vez el interior de tu equipo? ¿Has notado la diferencia de rendimiento después de hacer una limpieza a fondo? Cuéntanoslo en nuestras redes sociales.

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